Una de las prácticas que ya se hacía antes pero, ahora, se está incrementando entre muchas personas…
Es decir, comprar un piso o una casa, incluso un garaje, no para utilizarlo uno mismo sino para alquilárselo a otras personas que puedan necesitarlo ganando un dinero a fin de mes que sirve, entre otros casos, para pagar la hipoteca o lo que no se haya podido pagar del piso (salvo que se haya hecho al contado) y suponiendo una entrada extra de dinero en el hogar.
Adquirir una vivienda es una gran inversión para el resto de nuestra vida, pero existe la posibilidad de comprarla para ponerla en renta. Comprar un inmueble para rentar es visto como un negocio por algunos propietarios.
“La casa se pagará sola”, “Tendré dinero sin esfuerzo” y “Si no vivo en ella podría rentarla”, son ejemplos de lo que piensa la gente al decidir rentar sus inmuebles. Sin embargo, comprar para rentar tiene sus propios riesgos.
Antes de comprar un inmueble debes tener en mente que no es una inversión a corto plazo. La búsqueda del inmueble lleva tiempo, la compra también requiere tiempo, y si planeas rentar la propiedad, también tardarás en encontrar un inquilino.
Si lo que buscas es un inmueble que sea atractivo para los posibles arrendatarios, o que suba de precio con el tiempo, debes prestar atención a la hora de comprarlo. Ten en cuenta:
La ubicación de esta elección dependerá qué tan rápido se arrendará tu inmueble. Si la propiedad está cerca de una gran avenida, una zona de oficinas, universidades o estaciones del metro, no sólo se rentarán rápido, sino también tendrán mayor plusvalía.
Para saber si el precio de tu propiedad subirá, debes fijarte en la zona en la que piensas comprar. Si tiene hospitales, escuelas, negocios, centros comerciales, o vías de movilidad cerca o se están construyendo, sin duda alguna la plusvalía del inmueble crecerá.
El precio es variable y depende de la ubicación de tu inmueble. Piensa que un departamento muy caro tendrá una hipoteca cara y, por lo tanto, una renta elevada. Esto te podría complicar ponerlo en renta (las personas que puedan pagar dicha renta, preferirán comprar su propia casa), pero tampoco querrás perder dinero. Por ello es recomendable comprar inmuebles a bajo costo, mejorarlos y comenzar a rentarlos.
Siempre es recomendable contactar a un asesor inmobiliario para que te ayude en la búsqueda del inmueble que se adecúa a tus necesidades, ya sea sólo para vivir en él o para rentar.
Si encontraste la propiedad que se ajusta a ti, ten en cuenta que después de haber dado el enganche de la propiedad (que equivale al 10% del precio total), la renta debe ser equivalente al pago mensual de la hipoteca. También debes considerar la tasa de interés del banco al que has pedido el préstamo.
Si tomas en cuenta que deberás mantener arrendado el inmueble el tiempo que tardes en pagar la hipoteca, puede no parecer el mejor negocio. Además de la mensualidad del crédito, deberás desembolsar recursos para darle mantenimiento, aun cuando no vivas en él.
Por otro lado, si ya posees una propiedad que no se ajusta a tus condiciones de vida actual (la casa es muy grande o no la utilizas), rentar un inmueble para pagar otro puede ser una buena opción. Como sea, el mercado inmobiliario es amplio y siempre habrá manera de sacar rédito a un inmueble.