Buscar crear un patrimonio propio, es una de las principales preocupaciones que tenemos al momento de encontrarnos con el mundo laboral…

En razón de poder valernos de ellos si nos vemos en dificultades financieras, pero pareciera que invertir en inmuebles para alguien que apenas se incorpora al mercado laboral parece algo imposible; tengamos en cuenta que, no todas las inversiones deben ser millonarias para que valgan la pena.

Vivir en una ciudad como lo es la Ciudad de México puede crearnos la sensación de que no podremos hacernos de propiedades, esto quizás porque la capital y el ritmo de vida de la misma, hace que todos aquellos bienes inmuebles disponibles alcancen precios verdaderamente altos, no accesibles en muchos casos para un bolsillo que busca de hacerse de un bien no necesariamente exorbitante; no hay que perder la iniciativa, pronto encontraremos algo que se ajuste a nuestro presupuesto.

Lo primordial para poder adquirir un inmueble es ahorrar. Podemos hacerlo si somos disciplinados y lo suficientemente inteligentes para evitar los gastos hormiga como pueden serlo las salidas a fiestas, cafés, idas al cine, etc. Lo importante sobre este punto es estar dispuestos a identificar un gasto innecesario; podemos darnos nuestros gustos, pero sin ser derrochadores, no hay necesidad de tirar la casa por la ventana cada fin de semana.

Conocer la zona que nos interesa; podemos interactuar con gente o amigos que tengan un lugar en la zona que nos interesa, esto con la idea de solicitar información sobre precios de renta y venta en dicha área, que nos informen sobre los servicios básicos como alumbrado, agua y comunicaciones, que por lo general son diferentes de acuerdo a las zonas.

No es mala idea acercarse a un agente inmobiliario para pedir consejos acerca de la zona que nos interesa, y nos pueda dar un panorama real de la situación, o de posibles inconvenientes (o ventajas) que normalmente pasamos por alto, pero que un profesional de esa rama fácilmente podría orientarnos.